Los objetivos profesionales son una parte muy importante de nuestro perfil profesional, como ya hemos visto anteriormente. Nos permiten presentar las cualidades y habilidades que tenemos de cara a una empresa o un determinado puesto de trabajo. Saber cómo incluirlos en el currículum nos permitirá dar una imagen más detallada y cuidada de cómo somos profesionalmente hablando.

Los objetivos profesionales en el currículum

Los objetivos profesionales juegan un papel fundamental en nuestro currículum. Y pueden marcar la diferencia para un reclutador entre escogernos o no para el puesto de trabajo al que aplicamos. Se trata de un pequeño párrafo de no más de cinco líneas ubicado justo debajo de nuestros datos personales y una pequeña descripción. Esto permite al reclutador ver que quien aplica se trata de una persona con aspiraciones y enfocada a su desarrollo profesional dentro del puesto de trabajo. Es por esto que conviene dedicar un tiempo a reflexionar sobre cada puesto de trabajo al que aplicamos. Ya que si enviamos el mismo currículum general a varias empresas, puede que no nos estemos adaptando bien a los aspectos concretos que busca la empresa en un empleado.

Antes de saber qué podemos poner en nuestro apartado de objetivos profesionales debemos conocer, por un lado la cultura empresarial, la filosofía de trabajo y conocer qué valores destacan. Por otro lado, y con la información anterior, debemos reflexionar en cuanto a lo que nosotros podemos aportar en base a nuestra experiencia, formación, etc.

 

¿Cómo podemos redactar nuestros objetivos profesionales?

Según el tipo de puesto al que apliquemos, así como nuestras propias características formativas y laborales, podemos encontrar varios ejemplos de cómo redactar los objetivos profesionales. Que nos ayudarán a la hora de diseñar un buen currículum.

Si estás en una situación donde no tienes aún mucha experiencia laboral, definir bien tus objetivos profesionales puede ayudar a mostrar un alto grado de compromiso, ambición y ganas de aprender. No obstante, es importante no caer en la arrogancia tratando de mostrar muchas cualidades, ya que es una de las principales razones por las que una empresa puede rechazar nuestra candidatura.

Otro de los errores que debemos evitar es caer en generalizaciones o frases demasiado usadas. Debemos hacer uso de nuestra creatividad y personalizar al máximo nuestro mensaje. De manera que el empleador se quede mejor con esa información.

Por otro lado, saber adaptarse al lenguaje de la empresa es también un aspecto que podemos usar en nuestro favor. Dependiendo de si es una empresa joven, una empresa grande o incluso cómo es su forma de trabajar. Podremos emplear una manera más jovial e informal, o más tradicional y formal de redactar nuestros objetivos profesionales.

¿Y si queremos incluir más información sobre nosotros? Siempre podemos recurrir a las famosas «cartas de presentación» donde podemos expresar de un modo más extenso nuestros objetivos, cualidades y aquello que buscamos dentro de la empresa.

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